lunes, 6 de marzo de 2017

Río Tinto, nuestro análogo marciano en la Tierra y en ¡España!

Pero, ¿Qué tenemos aquí? Atención lectores, nos encontramos con una entrada escrita a manos de un gran profesional llamado José Jordán Soria, Investigador predoctoral del Centro de Astrobiología CSIC-INTA, su doctorado lo está desarrollando en el laboratorio de Extremofilia (Departamento de Planetología & Habitabilidad) y hoy nos trae un análogo marciano en el planeta Tierra, que podemos encontrarlo en ¡España! dónde pueden existir unos seres muy muy interesantes. Os presento a los:  

EXTREMÓFILOS EN EL RÍO TINTO

Para recordar un poco que eran los extremófilos, pasad por la entrada de La vida llevada a los límites más extremos - Los extremófilos y comenzamos.

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Para entender cómo puede ser la vida en otros mundos, primero hemos de comprender la biología, y por ello, entender la única que conocemos: la que hay aquí en la Tierra. Puede parecer que la vida es enormemente diferente, desde animales, plantas, hongos, bacterias… pero en el fondo somos prácticamente lo mismo. Sólo somos enormes variaciones de una misma maquinaria bioquímica central común, algo que caracteriza a la vida terrestre. De hecho, sabemos que toda y cada una de las formas de vida de este planeta, sin excepción, provienen de una única forma de vida hace mucho tiempo, así que en cierta manera tod@s los seres vivos somos primos con mayor o menor grado de parentesco.

También es importante entender el fenómeno de la vida, para así buscarla fuera del planeta, con el entendimiento del funcionamiento de la vida, queremos decir entender los ambientes que puedan ser más similares a otros mundos pero, en la Tierra. Puesto que, si existe vida en ambientes tan similares a otros rincones del universo ¿por qué no pensar que pueda existir la vida más allá de nuestro planeta azul?


¿Qué es un análogo terrestre?

Como análogo terrestre se interpreta a aquellos ambientes que hay en la Tierra que tienen características comunes a otros mundos; y en España podemos encontrar varios lugares destacables, y uno en particular, que quizás hayáis oído, Río Tinto.


¿Dónde situamos el Río Tinto?

El Río Tinto (Imagen 1, 2) está en la provincia de Huelva, tiene casi 100 kilómetros de longitud y está situado sobre uno de los mayores depósitos sulfurosos de hierro que hay en el mundo, y eso es lo que hace que sea de gran interés como análogo de Marte, pues Marte tiene grandes cantidades de hierro, lo que le hace tener ese aspecto rojizo tan característico.


Imagen 1. Nacimiento del Río Tinto. Se puede observar la coloración rojiza, debido a la presencia de hierro.
Fuente: Fotografía de José Jordán. 

Imagen 2. Río Tinto. El Marte terrestre. Fuente: Vagabundos de estrellas

¿Por qué es un ecosistema tan extraordinario? 

Porque es inusual por diferentes razones; por un lado destaca su gran acidez y por otra su alta concentración de metales pesados, destacando el papel del hierro, el elemento implicado en mantener esa acidez constante en el río y de ser el conductor energético de la vida microbiana en este sistema, acompañado del azufre. El color rojo característico, unto con el amarillo es consecuencia de la presencia de hierro y azufre, respectivamente.


Y, ¿Qué microorganismos viven allí?

Se han identificado la base representativa de microorganismos, gracias al uso combinado de técnicas de ecología microbiana por científicos. Algunos son, literalmente, comedores de piedras. 
Suelen estar presentes en el cauce del río: AcidithiobacillusLeptospirillum y Acidiphilium, sustentando la ecología microbiana en el río.

Acidithiobacillus: Pueden oxidar el hierro en condiciones aerobias (hacen el mismo proceso que de manera natural sucede cuando dejas un clavo a la intemperie y se oxida) y con ello consiguen reducir compuestos de azufre para respirar y alimentarse. También son capaces de reducir el hierro oxidado, siendo muy versátiles.

Leptospirillum: Son también oxidadores de hierro 


Acidiphilium: Utilizan compuestos orgánicos y los oxidan con el hierro para poder respirar. 


Como podéis leer, unos oxidan el hierro y otros lo reducen, manteniendo el balance de oxidación/reducción, controlado por el hierro.

En la columna de agua no es que haya una gran cantidad de microorganismos, pero todo cambia cuando se observan los sedimentos y a diferentes profundidades. Los estudios realizados muestran una gran biodiversidad de vida en sedimentos, y ésto es solo el principio porque estamos empezando a comprenderlo.

Tenemos organismos tan inverosímiles como Cloroflexi, que son bacterias fotosintéticas anoxigénicas, precursoras ancestrales de las cianobacterias a las que debemos el oxígeno que respiramos (reflexionar… ¿una bacteria capaz de usar la luz solar para alimentarse viviendo bajo tierra sin luz, a que no tiene sentido?) Firmicutes, que son parientes muy estrechos de las bacterias causantes del botulismo o del tétanos.


Es sorprendente encontrar en el agua no sólo bacterias, las cuales sabemos que se adaptan a casi cualquier condición ambiental, sino que se ha encontrado una gran diversidad de Eucariotas (mucha más diversidad que de bacterias) que son organismos más semejantes a nosotros, ya que poseen su material genético envuelto y no disperso por la célula como los tienen las bacterias. Esto es muy interesante, puesto que los niveles de toxicidad de metales pesados son muy altos, y los Eucariotas suelen ser muy sensibles (prueba a beber agua con muchos nitratos, hierro y sulfatos… y verás que tu vida puede correr serio peligro ¡Y bacterias como las de Río Tinto se alimentan de ello! lo que resulta ser de gran interés biotecnológico. No obstante, se les puede atribuir que, quizás el hecho de que vivan en biofilms (conjuntos de comunidades microbianas) les suponga una protección que no tendrían si estuvieran expuestas de manera más directa a estos metales tóxicos. Muchos de estos Eucariotas unicelulares son hongos, los cuales por sus características biológicas toleran un poco mejor estas condiciones estresantes, y otros muchos son algas fotosintéticas (parientes lejanos de las plantas), con lo que los misterios de la ecología en la región aumentan considerablemente.


Marte en el pasado fue muy diferente a como es hoy. Posiblemente fluyera agua en su superficie y fuera más acogedor para la vida de como lo conocemos hoy. El interés de Río Tinto está en el hecho de que puede representar a cómo fue el planeta rojo en el pasado y nos puede dar una idea sobre cómo podría la hipotética vida marciana sobrevivir.

En definitiva, Río Tinto nos enseña que posiblemente bajo su superficie una posible biosfera marciana pudiera existir, ayudándonos a entender los mejores escenarios para buscar y encontrar vida en el planeta rojo.

  Escrito por José Jordán Soria
Investigador predoctoral en el Centro de Astrobiología CSIC-INTA

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